Me encantan las bodas, disfruto mucho ver a la gente feliz, pero si la que se casa es tu amiga de toda la vida...
No tengo palabras.
Poder compartir con ella y toda su familía cada momento, todos los sentimientos que los inhundarón durante todo el día, y poder disfrutar de su vitalidad, su desbordante energía y su felicidad absoluta fue para mi un auténtico regalo.
¡Gracias Paqui!